Parque Arqueológico de Ollantaytambo

Parque Arqueológico de Ollantaytambo.

Ubicación de Ollantaytambo:

Provincia: Urubamba.

Distrito: Ollantaytambo.

El Parque Arqueológico de Ollantaytambo se ubica en el distrito del mismo nombre, en la provincia de Urubamba, departamento del Cusco. Fue declarado como tal mediante Resolución Nacional N° 395 del año 2002.

Acceso al centro Arqueológico de Ollantaytambo:

Se accede por las carreteras asfaltadas Cusco – Chinchero – Urubamba – Ollantaytambo y Cusco – Pisac – Calca – Urubamba – Ollantaytambo.

Ver en Google Maps.

Extensión del Parque Arqueológico de Ollantaytambo:

Área: 34, 800 hectáreas.

Perímetros: 156, 350 metros lineales.

Horario de Ingreso:

Está abierto para la visita turística desde las 07:00 am hasta las 17:00 pm.

¿Que boletos de ingreso necesito para ingresar a Ollantaytambo?

Es necesario que tengas el Boleto turístico del Cusco.

Puedes visitar con estos dos boletos:

Historia de Ollantaytambo:

La referencia histórica más clara de Ollantaytambo proviene del cronista Sarmiento de Gamboa, quien relata:

“… fue por el memo valle y río de Yucay abajo a un asiento que agora llaman tambo, ocho leguas del Cusco, a donde hacia unos suntuosisimos edificios y la obra y albañeria de los cuales andaban trabajando como captivos los hijos de Chucchi Cápac, el gran cinchi del Collao… entre tanto quello andaban en la guerra, Pachacuti, su padre, acabó los edificios de Tambo y hizo los estanques y cas de placer de Yucay…”

El gran gobernante Inka Pachakuteq mandó construir Ollantaytambo no solo como un tambo o almacén de productos, sino como una llaqta, con varios sectores para diversos usos como ser Templo del Sol, ubicado en la parte superior, donde se precia bloques líticos ciclópeos finamente labrados, recintos de mampostería de agua, calle longitudinales y transversales que forman manzanas rectangulares integradas por las kanchas o andenes para la agricultura.

Un sector imponente de Ollantaytambo son las qolpas o depósitos que servían para almacenar productos, emplazados en la tarde media del cerro Pinkulluna. Sus edificaciones ocupan niveles sucesivos, separados por pequeñas plataformas para adecuarse a la topografía del terreno. En el sector de ingreso al poblado se aprecian muros de contención en ambos lados, unos de los cuales se encuentra alterado mientras que el otro mantiene su composición estructural arquitectónica que evidencia nichos. Se le conoce como el “corredor de los cien nichos”.

Ollantaytambo cuenta con cuatro ayllus: Qosqo Ayllu, Chinchaysuyo Ayllu, Arak´a ma Ayllu y Yanaconas Ayllu. También comprende otros sectores como Q´elloraqay, que muestra recintos de uso doméstico y ceremonial y andenes agrícolas; Ñaupa Iglesia conformada por andenes, escalinatas y la roca labrada denominada “Wacatrancana” que presenta talla de signos escalonados y figuras geométricas en alto relieve; canteras de Cachiphata, donde aún se parecían elementos pétreos labrados de diferentes tamaños; Perolniyoq integrado por cientos rectangulares de dos pisos y una catarata natural ubicada en la parte inferior; Pumamarka, con depósitos y recintos para vivienda y para administración; y las Qolqas del sector de peñas, integradas por recintos de planta rectangular, alineadas en la fila recta, con ductos de ventilación a nivel del piso, sin vanos de acceso.

Manco Inka modificó Ollantaytambo para resistir la invasión española, mandando a construir edificaciones de carácter defensivo y adecuando los espacios o recintos de uso doméstico para la pernoctación de todo el ejército y el sequito imperial, el cronista Pedro Pizarro, que acompañó a los españoles, narra el asedio a Ollantaytambo de la siguiente manera:

“…el asiento donde tambo está es muy fuerte, de andenes muy altos y muy gran cantería fortalecidos. Tiene una sola entrada arrimada a una sierra muy agra, en toda ella mucha gente de guerra con muchas galgas que arriba tienen para echar cuando los españoles querían entrar a tomar la entrada, la puerta era alta de grandes muros de una parte y de otra tapiada a piedra y lodo de muy gruesa pared y solo un agujero en ella por donde un indio a gatas entraba… pasando el río tomamos este llano y queriendo acometer la entrada, fueron tantas las galgas que hecharon y piedra que tiraron y flechas, que aunque fueron muchos más españoles de los que éramos, a todos los mataron”.

Antes de su retirada hacia Vilcabamba, Manco Inka ordenó incendiar Ollantaytambo, lo cual es puesto en evidencia por el registro arqueológico de las huellas de dicho evento en los elementos arquitecturales.